¿EXISTE EL CIELO?
¿Es un Lugar Real?
¿Existe el cielo? Sí. "En el principio Dios creó los cielos y la tierra"
(Génesis 1:1). Con el poder de Su Palabra habló . . . y el sol y las
estrellas, los planetas y los océanos fueron creados. Dios habló y los
fondos de los océanos fueron cavados, las montañas fueron formadas, y
las estrellas fueron lanzadas en órbita. El majestuoso poder de Dios se
movió poderosamente sobre el mundo, porque estaba vacío hasta que Él lo
creo con Su palabra. Qué panorama tan asombroso, sentarse a la luz de la
luna en una noche despejada y mirar hacia los cielos, admirando Su
asombrosa creación.
¿Existe el Cielo? ¿Alguien lo ha visto alguna vez?
¿Existe el Cielo? Sí, Juan, un discípulo de Cristo, escribió lo que
había visto: "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer
cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y su
fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de
jaspe, diáfana como el cristal. Tenía un muro grande y alto con doce
puertas; y en las puertas, doce ángeles. El material de su muro era de
jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio
(Apocalipsis 21:1, 11-12).
¿Existe el Cielo? ¿Dónde está?
En el cielo no será necesaria la luz del sol ni de la luna, porque la
gloria de Dios dará una luz brillante. No habrá lágrimas ni dolor en el
cielo. Nuestros cuerpos serán transformados, no habrá más sufrimiento,
sino que nos moveremos poderosamente siguiendo las direcciones de Dios,
porque en el cielo cantaremos alabanzas a Dios. Los ángeles se
regocijarán cuando los santos se junten para inclinarse delante de Dios.
Cualquier corona o premio que recibamos lo pondremos a los pies de
Jesús, porque Cristo es digno de recibir toda la honra y la gloria por
siempre.
¿Existe el Cielo? Sí. Cuando los Fariseos le preguntaron cuándo vendría
el reino de Dios, Jesús respondió: “El reino de Dios no vendrá con
advertencia, ni dirán: ‘Helo aquí', o 'helo allí'; porque he aquí el
reino de Dios está entre vosotros” (Lucas 17:20-21). “No os hagáis
tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde
ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la
polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Sino
haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y
donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro,
allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19-21). ¿Dónde está su
tesoro? ¿Ha aceptado usted el regalo de Jesús de una vida eterna en el
cielo? ¿Cree que es un pecador? (Romanos 3:23), ¿que Jesús murió por sus
pecados? (Juan 3:16), ¿que fue sepultado y resucitó? 1ra de Corintios
15:3-4 - ¿sólo por USTED? Él quiere que usted pase la eternidad con Él
en el cielo. ¿Cree usted esto en su corazón y lo acepta por fe? Si es
así, haga una oración similar a ésta: “Padre, es el deseo de mi corazón
ir al cielo, el lugar que Tú has preparado para aquellos que han hecho a
Jesucristo su Señor y Salvador. Te acepto en este momento como mi
Salvador. Creo que Tú moriste por mis pecados, que fuiste sepultado y
que resucitaste por mí. Por favor, perdona mis pecados y ayúdame a vivir
una vida para Tu gloria. Guíame en la lectura de Tu Palabra, la Biblia,
para que pueda entenderte mejor. Limpia mi corazón y purifícalo a
medida que confío en Ti y te obedezco. Lo pido en el nombre de Jesús,
Amén"
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